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Ruta de los tres valles por La Rioja

El destino de hoy nos lleva a descubrir la ruta de los tres valles en moto por la rioja. Un recorrido de más de 1300 curvas para disfrutar de la belleza arraigada en estos valles.

Es finales de junio. Los días se alargan y el buen tiempo empieza a ser la tónica habitual. Rondaba en mi cabeza hacer alguna ruta por el norte de España. Una ruta de fin de semana, nada complicado, pero que fuera nueva y no excesivamente famosa. Investigando en el viejo Atlas, acabé dando con la ruta de los tres valles en La Rioja. Esta, tiene una longitud de unos 188 km y más de 1300 curvas entre los valles del Najerilla, el Leza y el Iregua. Parecía buena idea. Preparé la ruta lo más rápido que pude, introduje en el navegador habitual los pueblos clave, un par de cosas al macuto y a buscar una casa rural. Todo estaba listo. Mañana después del trabajo, La Rioja esperaba.

Llegada

Rumbo a La Rioja. Ruta de los tres valles
Rumbo a La Rioja

El camino hasta Arnedillo, lugar donde tendría mi base los próximos días, fue como cualquier otro tramo de enlace, largo, aburrido y tedioso.

Arribé a Las Pedrolas, la casa rural que me acogería este par de días, sobre las ocho de la tarde. Una casa con todo lo necesario y ya, de las que huele a madera vieja, sin los remozados del siglo XXI que desmerecen estos lugares. Pedro, el dueño de la casa, me atendió con toda la amabilidad del mundo y me ofreció guardar la moto en su garaje. Fue una suerte porque estaba empezando a chispear -menos mal que no había riesgo de lluvia el resto del fin de semana-. Di una vuelta por el pueblo, saqué un par de fotos, una cena más copiosa de lo que me habría gustado y a dormir. ¡Mañana ruta en La Rioja, nos esperan los tres valles!

Valle de Leza

Rumbo a La Rioja. Ruta de los tres valles
Ruta de los tres valles, La Rioja

Me levanté no demasiado pronto, era un poco antes de las tercias. Una ducha larga organizando el día mentalmente y un desayuno ligero completaron mi despertar. He de decir que en mi caso, no necesito comer mucho mientras voy en moto, lo cual me ha causado más de un desatino con compañeros de ruta, pero esa es otra historia.

Arranco la moto y comenzamos por la LR-115 para, a pocos kilómetros, coger a la derecha la LR-261, que haremos entera para desviarnos en Ventas Blancas y seguir la LR-346. Tengo casi una hora hasta el inicio de la ruta pero no quería perderme la carretera que va desde Arnedillo hasta Ribafrecha donde ya sí, empezaremos la ruta canónica, carretera: LR-250. Una hora de curvas por una carretera estrecha y bastante sucia aunque compensada por la belleza de bordear el río que vamos dejando a la izquierda y escoltados durante gran parte del trayecto por las paredes verticales de las montañas.

El primer valle que me iba a encontrar era el de Leza. Allí, nos encaminamos en dirección a los Cameros, pueblos que viven pétreos en el tiempo, recuerdo de lo que una vez fueron trashumantes, prósperos ganaderos, siempre en emigración.

Tras las huellas de los dinosaurios

Durante el recorrido de este valle me desvié un poco para conocer Aldeanueva de los Cameros y las huellas de dinosaurio -sí, habéis leído bien, de dinosaurio-, de los cuales me declaro fan empedernido. Pueden verse alrededor de 50 huellas de dinosaurios carnívoros de dos patas y algunas de herbívoros justo a la entrada del pueblo. Poco más que ver en el lugar salvo un puente bastante bonito de piedra que cruza el río.

Mirador del valle de Leza. Ruta de los tres valles, La Rioja
Cañón del Rio Leza

Continuamos. Nuestro camino sigue y nos arrastra sin remedio por el cañón del río Leza, sufriendo por el camino pequeños sustos debido a las piedras que se encuentran en la carretera. Hay que estar bastante atento y más de un salto dio la rueda delantera, sin consecuencias afortunadamente. No sin reparos, las curvas se suceden unas detrás de otras para dar con el mirador del cañón del valle de Leza. Un alto mirador donde los moteros suelen parar, imaginé, debido a la alta concentración de motos que vi en el pequeño aparcamiento que hay. Solo hay un adjetivo para describir este sitio: espectacular. Los colores, la altura, el viento, las aves, la inmensidad del paisaje y la sensación añadida de llegar en moto auguran que no será la última vez que sonría hoy. Unas cuantas fotos y seguimos dirección sur.

Valle del Iregua

Del valle del Leza pasamos al valle del Iregua (tenemos que desviarnos antes de Muro y seguir la LR-245 y a continuación la N-111), el cual atravesaremos dos veces: por su parte sur, al inicio, y por el norte al terminar. Hay que decir que durante toda esta ruta nos iremos encontrado por la carretera, tanto señales verticales, que nos informarán de la distancia a la siguiente gasolinera y de los servicios que hay próximos; como de señales horizontales, que nos ayudarán a trazar las curvas de la forma más adecuada. Es de agradecer que los ayuntamientos, gobiernos provinciales, etc. piensen de vez en cuando en esta forma de turismo tan peculiar que es viajar en moto. Un diez para la Rioja.

En este segundo valle cometí un error de novato. No calculé bien la duración de la gasolina y me tuve que detener a evaluar la situación: arriesgarme a seguir 50 km hasta la siguiente gasolinera o retroceder unos 30 km para repostar. Así que me detuve a tomar mi segundo desayuno -si, a veces soy un hobbit-, pensar y decidí dar la vuelta. ¡Y menos mal! porque la gasolinera que indicaba la ruta estaba casualmente en obras y, por lo tanto, cerrada en fin de semana. Con el tiempo perdido, me había dado la hora de comer, así que paré en Villanueva de Cameros a llenar el estómago.

Valle del Najerilla

Ya comidos, continuamos por la LR-333 y cruzamos al valle del Najerilla donde no pararemos de disfrutar de una carretera limpia y una sucesión de curvas que hacen las delicias de cualquier motero. Los kilómetros, de nuevo, avanzaban sin descanso y las sonrisa no se me iba de la cara. Una hora de conducción ágil entre naturaleza, ríos y valles para desviarnos obligatoriamente dirección al antiguo monasterio de Nuestra Señora de Valvanera siguiendo la carretera comarcal LR-113.

Monasterio de la Valvanera

Antes de llegar, me sorprende una cruz que nos recuerda que no todo tiempo pasado fue mejor. En ella podemos ver una inscripción que prohibe la entrada a las mujeres a partir de ella, con una multa bastante cuantiosa si la incumplían. Cositas del medievo. Seguimos y nos encontramos de frente con la abadía benedictina del finales del siglo XI que sufrió en su momento tanto el abandono como los incendios. Por suerte, actualmente está totalmente restaurada y además, podemos quedar a dormir en la hospedería si lo que buscamos es la tranquilidad y el sosiego de la vida monástica. No es el caso. Por último, merece la pena parar y perder una hora viendo los paisajes que lo envuelven llenos de toda la gama cromática de verdes que os podáis imaginar. Fantástico. Es un desvío obligatorio, sin duda.

Monasterio de la Valvanera. Ruta de los tres valles, La Rioja
Monasterio de la Valvanera

Recuperamos la senda de la ruta de los tres valles y seguimos por el valle del Najerilla dirección a Nájera, también en La Rioja. Las curvas no dejan de hacer acto de presencia y no paro hasta llegar a la frontera con el valle del Iregua, que atravesaremos por ultima vez. La parte norte de este valle ya está cerca de grandes urbes y las carreteras dejan de ser sinuosas. Poco que ver con su parte sur. Me doy cuenta de que el día ya está bastante avanzado, el sol empieza a caer demasiado para mi gusto y, además, la temperatura lo acompaña en el descenso. Pongo destino de nuevo a Arnedillo, donde, por seguro, me espera una ducha caliente y una cena aún más caliente. Consigo llegar sobre la hora de la cena sin mayor complicación, la ducha espera, la cena aguarda, es hora de descansar. Mañana es tiempo de regresar.

Resumen de los Tres valles

Los tres valles en La Rioja es una ruta perfecta para ir tranquilo y relajado por sus curvas. El estado de la carretera es perfecto salvo algún tramo sucio de piedras que achaqué más a la mala suerte que a la dejadez. El nivel de curvas varía a lo largo del recorrido siendo más revirado en su parte Sur que en la Norte. En cualquier caso, merece la pena. Hay que mencionar que La Rioja ha apostado por esta ruta como reclamo turístico y me parece más que un acierto que los moteros sabrán apreciar.

Las alternativas a la ruta canónica y, que en mi opinión son obligatorias, son el desvío para ver las huellas de dinosaurios y el monasterio de Nuestra Señora de la Valvanera. No me quiero olvidar del pueblo que me dio techo y comida caliente, Arnedillo. No podría haber deseado mejor estancia. A título personal, puedo decir que he hecho muchas rutas en mi vida por el simple hecho de tenerlas en mi «palmarés». Esta, sin embargo, es digna de ser repetida y así será.

Hasta pronto Tres Valles. De seguro volverás a aparecer en mi Atlas.

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